“Nuestra experiencia como padres…”
Para nosotros fue un duro golpe cuando Viviana diagnosticó a Natalia con un severo trastorno de la comunicación y debíamos enfrentar una etapa complicada, cuyos resultados nadie podía asegurar. Intuíamos desde antes que algo no andaba bien, que nuestra hija no tenía una relación sana y abierta con el mundo, porque se la veía algo retraída en sí misma y no decía una sola palabra aunque estaba cerca de cumplir los dos años de edad.
Inevitablemente proyectábamos el enorme sufrimiento que podía provocar en la niña el aislarse de su entorno. Recordamos que las primeras sesiones en la consulta de la "tía Vivi" fueron un bálsamo tanto para Natalia como para nosotros. Es que hasta ese momento no nos habíamos encontrado con una terapia que se basara esencialmente en el juego y el afecto. Fue un largo proceso sin garantías inmediatas de éxito, pero muy pronto ya sabíamos que estábamos en el buen camino y en las mejores manos que podíamos haber encontrado, por la alegría y las ganas con que Natalia esperaba cada sesión. Fueron tres años de terapia, hasta que finalmente Viviana la dio de alta.
Hoy en día Natalia es una niña alegre, autónoma y plenamente integrada en lo social, en su comunidad escolar y en su vecindario. Todo gracias a la intervención oportuna de Viviana. Gracias otra vez, Vivi! “.
Mariela y Claudio, papás de Natalia.
Para nosotros fue un duro golpe cuando Viviana diagnosticó a Natalia con un severo trastorno de la comunicación y debíamos enfrentar una etapa complicada, cuyos resultados nadie podía asegurar. Intuíamos desde antes que algo no andaba bien, que nuestra hija no tenía una relación sana y abierta con el mundo, porque se la veía algo retraída en sí misma y no decía una sola palabra aunque estaba cerca de cumplir los dos años de edad.
Inevitablemente proyectábamos el enorme sufrimiento que podía provocar en la niña el aislarse de su entorno. Recordamos que las primeras sesiones en la consulta de la "tía Vivi" fueron un bálsamo tanto para Natalia como para nosotros. Es que hasta ese momento no nos habíamos encontrado con una terapia que se basara esencialmente en el juego y el afecto. Fue un largo proceso sin garantías inmediatas de éxito, pero muy pronto ya sabíamos que estábamos en el buen camino y en las mejores manos que podíamos haber encontrado, por la alegría y las ganas con que Natalia esperaba cada sesión. Fueron tres años de terapia, hasta que finalmente Viviana la dio de alta.
Hoy en día Natalia es una niña alegre, autónoma y plenamente integrada en lo social, en su comunidad escolar y en su vecindario. Todo gracias a la intervención oportuna de Viviana. Gracias otra vez, Vivi! “.
Mariela y Claudio, papás de Natalia.
“Soy mamá de Sebastián y llegué donde Vivi cuando él tenía 2 años 6 meses muy preocupada porque él sólo decía “papá” y “mamá”. Comenzamos con la terapia y a los 3 meses vimos cambios notables. Hoy tiene 3 años 2 meses y habla de TODO, lo que más me gusta de Vivi es que sus terapias son muy personalizadas, de acuerdo a como es cada niño y son muy lúdicas, lo que hace que a Sebastián le guste ir y disfrute en cada sesión”
Olga, mamá de Sebastián.
Olga, mamá de Sebastián.
"Conocí a Vivi hace 4 años y desde entonces mi hija, que tiene síndrome de Down y ya cumplió 9 años, ha logrado grandes avances en el lenguaje comprensivo y expresivo durante este tiempo, y le encanta asistir a las sesiones ya que además de ser un espacio de terapia han logrado crear un nexo de amistad y cariño.
Vivi es una gran profesional que no solo incentiva el habla si no que la comunicación y el lenguaje, exigiendo y motivando desde lo lúdico la experiencia de aprendizaje, lo social y mejorando su autoestima."
Carola, mamá de María de los Ángeles.
Vivi es una gran profesional que no solo incentiva el habla si no que la comunicación y el lenguaje, exigiendo y motivando desde lo lúdico la experiencia de aprendizaje, lo social y mejorando su autoestima."
Carola, mamá de María de los Ángeles.
"Conocimos a la Vivi hace 5 años con nuestro hijo mayor que tenía varias dificultades en el habla, pero gracias a la constancia, trabajo y apoyo que nos dio la Vivi, Gabriel logró superar todas sus dificultades y hablar perfectamente, logrando, nosotros y el resto de las personas, entenderle todo lo que decía. Después de un par de años, nuestro hijo menor, Rafael también tenia retraso, pero en su caso era un retraso importante en el lenguaje por lo que recurrimos a la Vivi, que nos encanta por su empatía con los niños y con nosotros, los papás. Las sesiones son muy entretenidas ya que va alternando actividades y juegos, logrando que los niños avancen, pero también los mantiene motivados para ir a las sesiones, algo importante, sobre todo cuando es más de una vez a la semana. Rafael presentó posteriormente episodios de tartamudez, relacionados con querer decir tantas cosas y la ansiedad de no tener lenguaje para expresarlas, sin embargo al mejorar y ampliar su lenguaje y vocabulario, se sintió más seguro y logró superar también la tartamudez. Por lo que recomiendo a ojos cerrados a la Vivi, por su calidad profesional y empatía con los niños."
Soledad, mamá de Gabriel y Rafael
Soledad, mamá de Gabriel y Rafael